TRAS LAS HUELLAS DE SAN ANÍBAL

Del 21 de septiembre al 1 de octubre, una representación del equipo de profesionales de los centros y programas de las Hijas del Divino Celo – Rogacionistas en Burela (en la región española de Galicia) realizó un viaje-peregrinación a Italia para visitar los lugares de especial significación carismática de la Congregación. La comitiva estaba formada por seis personas: los cuatro miembros del equipo directivo y los dos trabajadores de mayor antigüedad de la entidad. Todos ellos volvieron de esta peregrinación con un grato y profundo recuerdo de toda la experiencia vivida durante esos días.
Fueron muchos los lugares visitados en este viaje, que comenzaba en la Ciudad del Vaticano. Además, en Roma fueron cálidamente recibidos por la Madre General Maria Eli. Tras dejar la ciudad eterna, la peregrinación continuó por la región de Apulia, visitando Trani y, también, las comunidades de la Congregación en Corato, Bari, Altamura y Oria. En Trani, tuvieron oportunidad de ver el museo con la habitación en que vivió San Aníbal. Y, en Corato, la casa donde residió y falleció la mística Luisa Piccarreta. Esta última visita es destacada por Bruno (educador en Burela), quien comenta que le conmovió “toda la labor realizada por la mística, situándola en el contexto en el que vivió; como también, su especial relación con San Aníbal; y, de forma muy especial, el hecho de alimentarse sólo de la Hostia consagrada durante períodos de la enfermedad que padecía”.
Por su parte, María (coordinadora de la Casa de Familia de Burela) recuerda con gran cariño la visita a la Casa de Altamura, “donde las Hermanas Mayores, ya en enfermería, transmiten una alegría contagiosa; tal vez, la que ven a través de los ventanales, en los niños de la Escuela Infatil”. En cuanto a la valoración del conjunto de la peregrinación, María nos transmite que se queda “con el esfuerzo que han hecho tanto San Aníbal como la Madre María Nazarena para sacar adelante, en unos tiempos difíciles, esta obra tan grande y conseguir que llegue a nuestros días con tanto fervor, ya que se nota el cariño del pueblo hacia nuestro fundador”.
El 26 de septiembre, la peregrinación llegaba a tierras sicilianas, comenzando por la ciudad natal del fundador, Mesina, y la Casa de Villa Anunnziata. Es en esta ciudad, en el Santuario de San Antonio de los PP. Rogacionistas donde se venera, en su cripta, el cuerpo incorrupto de San Aníbal. “Fue un momento realmente emotivo para mi estar ante la sepultura del fundador”, comenta Manuel (coordinador del Centro de Día de Burela), quien también hace hincapié en “el significado de la visita al museo (junto al Santuario) que recoge una reproducción del barrio de Aviñón, lugar de fundación de nuestra familia religiosa, que nos hace comprender las difíciles circunstancias de toda aquella época de los inicios de la obra de San Aníbal”.
Marisol (cocinera en el Centro de día) se suma, igualmente, a Manuel en cuanto a la profunda emotividad al contemplar la sepultura de San Aníbal, donde rezaron y pidieron por las obras, familias, trabajadores y bienhechores de la Congregación. Marisol guarda, también, un buen recuerdo de la visita al Santuario de Taormina, lugar de peregrinación donde muchos fieles buscan inspirarse en el legado espiritual y la dedicación a los más necesitados que caracterizaba al fundador. “Una forma de vivir tan austera, con todo el sentido de la bondad, entregando toda su vida”, describe la propia Marisol, que también destaca “la confianza que tenía en María Nazarena, su gran apoyo en todos los proyectos que iniciaba; para los que siempre contaba con ella”.