COMIENZA EN MADRID LA 30ª ASAMBLEA GENERAL DE CONFER
Bajo el título «¿Quién manda aquí? Corresponsabilidad y obediencia», ha dado comienzo hoy la XXX Asamblea General de la CONFER (Conferencia Española de Religiosos), que se extenderá hasta este jueves, día 23 de mayo, y que se ha iniciado con la celebración eucarística presidida por el presidente de la CEE, Mons. Luis Argüello, en la Parroquia de Nuestra Señora de la Concepción, en Madrid.
Tras la Eucaristía, la ceremonia de apertura ha estado presidida por el Nuncio Apostólico Mons. Bernardito Auza, participando también en la misma José María Avendaño (obispo auxiliar de Getafe, miembro de la Comisión Episcopal para la vida Consagrada y obispo responsable de la CONFER), Jesús Miguel Zamora (secretario general de la CONFER), Jesús Díaz Sariego (presidente de la CONFER) y Lourdes Perramon (vicepresidenta de la CONFER).
Presidente y vicepresidenta han pronunciado el discurso inicial, en el que han destacado -según informan MediosCONFER- que «somos conscientes de los desafíos que nos presenta hoy el correcto uso de la autoridad que se nos confía y su ejercicio en los distintos Institutos y Congregaciones».
«Autoridad y Obediencia, dos términos en revisión a la hora de profesar nuestros votos religiosos. Por otro lado, la corresponsabilidad nos abre a una nueva comprensión y nuevas posibilidades en el ejercicio de la autoridad, al enriquecernos mutuamente en la propia vocación».
«Las Jornadas que hemos previsto pretenden, por tanto, ser unos días de encuentro, diálogo y reflexión sobre la autoridad corresponsable y la obediencia. Ambas dimensiones configuran y dan personalidad a la Vida Religiosa; le otorgan, además, una identidad en su razón de ser y en su forma de organizarse. […] El texto del evangelista Mateo, una interpelación para nosotros, nos lo recuerda constantemente cuando Jesús dice de sí mismo que «el Hijo del hombre no ha venido para ser servido sino a servir» (Mt 20, 28).
«Sabemos que ´obedecer´ conlleva, en su misma raíz, el gesto y la acción de escuchar […] Sabemos que ´escuchar´,´escucharnos´, es un esfuerzo que nos ayuda a salir de nosotros mismos. Nos abre a Dios, a la realidad que nos circunda y a los demás. […] Saber ´escuchar´ y, por lo tanto, ´escuchar bien´, es una habilidad personal. Nos posibilita la comprensión de los demás, no sólo en relación a la información que nos transmiten, sino y sobre todo, en relación a saber percibir los sentimiento y perspectivas de los demás cuando nos interesamos de forma activa por sus preocupaciones y anhelos».
«Aquí basamos nuestra identidad. Por eso hemos elevado la obediencia a uno de nuestros votos religiosos. Este modo de escuchar a Dios y de comprometernos con los demás tiene que ver con el voto de obediencia. Prometer obediencia a Dios, como así lo hemos expresado en nuestra profesión religiosa, es un compromiso inherente a la escucha, que nos capacita para relativizar lo propio en favor del bien común».
«La obediencia, por tanto, no solamente es un compromiso personal, es igualmente un compromiso comunitario a desarrollar en cada una de la Congregaciones y es un compromiso institucional que, desde la escucha a la realidad, nos mantiene en permanente salida. Es también, en nuestro tiempo, un compromiso intercongregacional. Los diversos carismas que configuran la vida religiosa en España tienen que hacer este doble ejercicio: escucharse más entre ellos y escuchar juntas y juntos la voz de Dios para nuestro tiempo. La escucha en comunión es una de las responsabilidades que debemos asumir en el presente».